Sin lugar a dudas uno de los casos más frecuentes dentro del campo terapéutico sexual, la dificultad o imposibilidad para alcanzar el orgasmo.

En la mayor parte de los casos esta dificultad se limita a las relaciones con la pareja, mientras que en la masturbación no suele haber dificultades. La hipnosis es una técnica muy útil para controlar el temor “de no conseguirlo una vez más” que suele ser uno de los factores clave, y a la vez, proporciona el impulso y la energía necesarias para no “dejarse estar” y seguir buscando el propio placer sin temor ni vergüenza.

Existe un segundo grupo de mujeres que tienen auténticas dificultades para alcanzar el orgasmo tanto en pareja, como en solitario. A ellas se les indica que practiquen ciertos ejercicios físicos y además se utiliza la hipnosis para liberar la tensión y los posibles bloqueos relacionados con el sexo que pudieran tener.

Y finalmente existe un pequeño grupo de mujeres que nunca han experimentado el placer del orgasmo, o que lo han hecho de forma muy esporádica y sin demasiada intensidad, a ellas las técnicas físicas y el asesoramiento sobre conducta sexual, les ayudarán rápidamente, y la autohipnosis puede facilitarles en su intimidad, el estado necesario de relajación y concentración para mejorar su sexualidad, su sensibilidad y por tanto sus cotas de placer.