Emetofobia
El miedo a vomitar: ¿En qué consiste?

El miedo a vomitar es mucho mas frecuente de lo que pudiera parecer y provoca muchas más complicaciones a quien lo padece de las que cualquiera pueda imaginar.

Estamos pues ante un problema aparentemente muy pequeño, y que en realidad tienen fácil solución, que no obstante, resulta muy molesto y no pocas veces causante de graves trastornos en la vida de quien lo padece y de su entorno más directo.

Es un problema fácil de identificar, casi toda la población siente rechazo y desagrado cuando se ve expuesta a un episodio de vómito o incluso cuando tiene referencias o ve a alguien vomitando; esto es normal, algunas personas sólo leyendo este texto ya sentirán molestias e incomodidad.

En general hablamos de emetofobia cuando el miedo a vomitar ha generado una serie de conductas destinadas unicamente a evitar el vómito, que tienen como consecuencia directa un empeoramiento de la calidad de vida de la persona, o cuando llevar a cabo las actividades cotidianas se convierte en un problema porque la idea de vomitar no se le va de la cabeza.

En general el problema pasa desapercibido por todo el mundo, salvo por las personas del entorno deirecto de quien lo padece, que normalmente no creen en la naturaleza del problema sino que buscan otros posibles problemas, como la timidez, la pereza, algún oscuro secreto o incluso trastornos graves, en vez de imaginar de lo que realmente se trata.

Consecuencias de la emetofobia

Las primeras consecuencias son íntimas y nadie las puede percibir, son básicamentela ansiedad y la angustia a menudo acompaÑadas de una sensación de culpa y de tristeza. en un segundo término y sirviendo además de potenciador de las que ya se han mencionado, aparecen las conductas de evitación, una serie de rituales que se desarrollan y se respetan a rajatabla para evitar a toda costa el vómito, las más comunes son:

  • Evitar comidas copiosas.
  • Evitar cierta clase de alimentos, con el tiempo la lista de alimentos evitados va en aumento (mayonesa, frituras, salsas, cualquier cosa preparada fuera del control de la persona, comida que haya sido preparada el día de antes, etc.).
  • Evitar ciertas horas para comer.
  • Mantenerse en estado de quietud.
  • Dejar de comer fuera de casa.
  • Evitar salir de viaje por no exponerse a tener que comer “fuera de control”.

En ocasiones las circunstancias o las inquietudes de la persona la conducen a saltarse algunas de estas “precauciones” y si no tiene consecuencias lo que piensa para sí, es que ha habido mucha suerte esta vez... y que no hay que confiarse, pero muchas veces tras una de esas “osadías” los síntomas se somatizan y la persona empieza a sentirse realmente indispuesta, con malestar, molestias en el estómago.

Se puede decir que en un porcentaje significativo de los casos de emetofobia estudiados, hemos encontrado graves alteraciones de la alimentación y de la conducta social y familiar.

¿Cómo se supera y cuánto dura el tratamiento?

La manera de afrontar un problema como éste es doble, por una parte hay que neutralizar la raíz del problema para que se supere definitivamente, y por otra hay que modificar las conductas de evitación para que la persona vuelva a ser libre y a comer con normalidad y felicidad, sin sentir miedo, culpa o angustia.

La intervención en los casos de emetofobia no lleva más que unas pocas sesiones incluso en los casos más persistentes, personas con un historial fóbico severo y restricciones alimentarias autoimpuestas de más de veinte años, han superado su problema satisfactoriamente al cabo de cinco semanas.

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