Agorafobia Caso Real
Agorafobia

Un paciente al que por distintas razones estabamos tratando en su propio domicilio superó con éxito la primera etapa del tratamiento y cuando se le pidió que saliera a la calle a comprar el pan, se encendió iracundo, No quiero salir, que no salgo, lo digo muy en serio... se quedó callado unos instantes y esbozó una sonrisa, cogió las llaves y después de cinco años sin salir solo a la calle, bajó a por el pan, y hasta se entretuvo en ir a un kiosko que estaba a dos calles de la panadería.

Cuando regresó le preguntamos si había querido gastarnos una broma, porque su negativa inicial había sonado muy rotunda, y nosotros ya estábamos convencidos de su recuperación; nos contestó que no había querido decir esas palabras, que habían salido casi de forma automática, de hecho eran las mismas que repetía una y otra vez cuando rechazaba las sugerencias de salir o afrontar el miedo que le hacían sus familiares y amigos.

él sí que salía a la calle, pero siempre acompañado, desde ese día recuperó por completo la libertad de movimiento y la confianza en si mismo, cuando por un momento analizó lo que estaba diciendo y vio que las sensaciones que tenía eran distintas a su discurso.

Tras pasar por el tratamiento de hipnosis para superar la agorafobia, o cualquier otra fobia, las sensaciones de la persona serán diferentes, por eso no es necesario forzar a nadie a que se enfrente al miedo, precisamente porque podemos hacerlo desaparecer antes de tener que salir a la calle, o hacer cualquier cosa que nos produjera temor.

Los tratamientos mediante hipnosis más efectivos no requieren de exposición, es decir, no necesitan someter a la persona a un encuentro directo con aquello que le causa temor.

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